La tipografía de ALWA se queda a medio camino entre dos mundos, el adulto y el adolescente, articulando tiempos y necesidades de cambio. Los trazos de ALWA ejercitan un trazo fluido, conectando todos los caracteres, representan que de la misma manera que aprendemos a escribir, empezamos a emprender. Es un ejercicio que vincula la idea de emprender como punto de partida y como modo de empezar una historia. La luz enciende las ideas, focaliza problemas, deslumbra talento. ALWA significa amanecer en lengua Aymara, el inicio de todo.